
Maravillosa arquitectura. Creatividad materializada. Originalidad. Belleza. Simbolismo. Fantasía. Luz. Asombro...
Me quedo sin palabras. Me faltan adjetivos, adverbios, sustantivos y, y, y... ¿lo véis? ¡otra vez!
En realidad ya conocía esta Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Ya la había admirado por activa y por pasiva. Virtualmente y en persona. En revistas, internet, televisión... bueno, en la tele no.
Pero eso no significa que el estar junto a los fantasiosos edificios de la CAC no sea motivo de admiración y, ¿por qué no?, de ilusión. Especialmente me maravilla el Palacio de las Artes Reina Sofía, al que la imaginación le puede encontrar cientos de formas: de pez, de huevo, de nave, de rombo, de ave, de insecto... ¡hasta de extraterrestre cabreado!
